ELIMINAR LAS PRUEBAS DEL DELITO

Leo en el El Correo de el País Vasco estos titulares y epígrafes:

“Euskadi se borra de las pruebas académicas internacionales” [del País Vasco]

“Euskadi ha dejado de participar en las principales evaluaciones de la O.C.D.E. y tampoco publica los resultados de sus análisis propios” “Los últimos  estudios no han arrojado buenos resultados respecto al alumnado del territorio”  “La prueba PILS  de lectura arrojó en 2016 un resultado catastrófico del alumnado vasco” “Educación no ha publicado el informe vasco de PISA pese a tener los datos desde hace un año”, etc.

 ¿Hace falta decir más para reflejar la desvergüenza convertida en atropello a nuestros niños y jóvenes en el mal llamado sistema “educativo” vasco? ¿Hay que decir más para manifestar el desafuero doloso y culpable en el ejercicio de la función del “Estado” respecto a la formación de las nuevas generaciones?

               Quiero expresar mi indignación con energía y rabia.  Desde hace más de cuarenta años llevo una cruzada personal para denunciar la utilización de la “escuela” para el adoctrinamiento político y el abandono de sus funciones por parte de la administración vasca y sus políticos nefastos, empleados a fondo en el control de masas para la conformación del espíritu nacional vasco; para el que el instrumento fundamental es una lengua que llaman “euskera” y es un neolenguaje denominado batua.

 Es demencial la utilización de los niños para la formación del  “espíritu nacional vasco” mientras que se reducen cada vez más y más los egresos educativos y las aptitudes de aprendizaje de los niños, y la adquisición significativa de los conocimientos; que tras las diferentes pruebas de la OCDE vamos  a la conclusión cierta de que carecen de las herramientas del lenguaje básicas para la formación del pensamiento hipotético-deductivo y para la comprensión verbal, que es la aptitud básica para el aprendizaje formal, llevando a la masa escolar a un patente fracaso.

               Diferentes especialistas en la materia denuncian que sin la capacidad verbal para componer el constructo cognitivo fundamental para el pensamiento abstracto se reducen las posibilidades de progreso en la evolución de la inteligencia en las fases posteriores a la instrucción primaria. Es decir, que el desaguisado es monumental.

               Pero, nuestros buruquides de el “partido guía” y del monaguillo mal llamado socialista (yo diría usufructuario del presupuesto público), en lugar de abordar el problema, simplemente lo ocultan, para que no aparezca ante los ojos del pueblo soberano la realidad de que el rey va desnudo pese a la mentira persistente de su rico porte.  Es como si tras ir al médico uno decide tirar a la papelera el informe del estado decadente de salud para eliminar la prueba de una degradación física.

               No, señores, ocultando la realidad no se hace verdad de la mentira. Dejen de emular al protagonista de la película “El ministro de la propaganda” que representa a aquel nazi que decía que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Ustedes están convirtiendo nuestra democracia en un lodazal de inmundicia, inmoralidad y reducción de los derechos constitucionales y convierten  las fuentes de legitimidad del ejercicio del poder en una mera tiranía disfrazada de servicio al interés público, falsario e indecente.

4 comentarios en “ELIMINAR LAS PRUEBAS DEL DELITO

  • Roberto Crespo Blancafort

    Si es una pena que el día que la gente del PP decidió que la enseñanza quedaba en mano de los zurdos fue el principio del fin de la cultura.

  • M Reyes Fernández Loaysa

    El PP deja en manos de otros lo que le quitaría votos si lo hiciera él.
    Sin problema, porque todos llevan a España a la misma deriva.
    Ni zurda ni diestra, todos al servicio del globalismo, cada uno con sus cadaunadas nefastas permitidas en esa ley que llaman constitución que lejos de serlo, impide la democracia para instalar una partidocracia.

  • Conchita Monsó

    Indignada es poco. Estoy algo mucho más fuerte que indignada. No entiendo nada o si, lo entiendo, pero no quiero aceptarlo. Nuestros hijos, niños, jóvenes o ya adultos estudiando formación presencial o en la universidad cada vez aprenden menos porque el nivel es cada día más bajo. A eso añadimos varias cosas. La imposibilidad de estudiar en su lengua materna. Pasar de curso aunque tengan varias asignaturas suspendidas, el comportamiento pasota o violento en las aulas, la falta de respeto a los profesores, el poco o nulo esfuerzo. De la insistencia del amor propio y corrección en el comportamiento en las aulas y recreos e incluso a la salida de los Centros Educativos. Todo esto consentido por el o los Gobiernos de las Comunidades que lo que les interesa es que aprendan el nuevo catalán, el gallego, euskera o batua. Ahora el asturiano, comienza el aragonés, el extremeño, andaluz, en Castilla y León etc.
    El nivel educativo es lo que menos les importa. Que sean unos ignorantes les interesa. Más manipulables, más ovejunos. Más esclavos.
    Hay que comenzar a ponerse en pie y no permitir que ésto ocurra. Hay que luchar por el bien de nuestros niños, jóvenes, adultos. Por la cultura, por un nivel superior al de ahora. Quitando las pruebas internacional o nacionales de conocimientos no es una solución al problema. La solución es otra. No obligar a estudiar en una lengua que no sea la materna, aumentar el nivel de estudios, imponer orden en las aulas y recreos, el respeto entre profesores, alumnos y entre los mismos alumnos. No permitir el acoso en un centro escolar.
    Quitar unas pruebas internacionales de conocimiento ya es un indicio de no dar los datos del fracaso escolar, universitario en comparación con otros Países o Comunidades. Es esconder la vergüenza que se siente al ver que se está al final de la lista del nivel cultural de los niños, jóvenes y adultos. Sobre todo porque la lengua que se impone va en retroceso. Es decir, no vamos hacia un futuro mejor, más culto, mas bien se da un paso agigantado hacia atrás, a la Historia de hace siglos.

  • José María Alonso

    Es un título coherente de respuesta a la negativa de no aceptar una forma de medir resultados de la educación no
    universitaria por parte de la O.C.D.E .
    Querer negar la realidad educativa mediante la prohibición de pruebas contrastadas es propio de sistemas totalitarios excluyentes.

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